domingo, 6 de marzo de 2016

Transición.



Alguna vez, en algún momento de vuestra vida, ¿os habéis parado a pensar en que pasará cuando tengáis que dejarlo todo y marcharos? Seguro que si, venga ya, casi todo adolescente esta deseando largarse de casa de sus padres y cuanto antes mejor. La necesidad de no depender de nadie, de sentirte libre, de aprender por ti mismo, suena tan bien ... pero claro, habrá gente que no piense lo mismo, que tenga su vida planificada junto a sus padres, en su ciudad y con sus amigos de toda la vida. Porque les espanta lo nuevo, lo curioso, les asusta verses solos ante el peligro pero, ¿y a quién no? A todos nos aterroriza vernos solos en la vida.

Esa época de cambio de aires, de transición, la veo realmente necesaria en la vida de una persona. Coger un puto billete de metro y largarte de todo lo que conoces, para empezar de cero. Con el tiempo suficiente para conocerte a ti mismo y para que te conozcan sin que te puedan juzgar por errores del pasado, errores de los que aprendiste y no cometerás otra vez. Es como volver a vivir.

Centrándome en la vida de un adolescente en el ultimo curso de secundaria, comencemos:

Tu vida esta mejorando por momentos, tienes 17 en camino de los 18. Estas dando todo de ti en tus estudios, por tu futuro, porque aunque cueste merecerá la pena. Era todo lo que estabas esperando , tendrás la prueba de acceso a la universidad en un par de semanas y has sacado ya todas tus maletas del armario de los trastos. Estas empaquetando ya tus cosas, dándote cuenta de que tenías cosas que ni recordabas, rememorando toda tu vida en momentos instantáneos gracias a tonterías que te recuerdan a ellos. Tienes tres mil y una listas de todo lo que tienes que llevarte, aunque habrá que elegir, no puedes empezar una nueva vida cargando con casi 18 años de historia a tus espaldas. Algunas fotos, tus medallas o diplomas, amuletos u objetos a los que les tengas afecto, tu ropa y poco más. Seleccionar los campus en los que quieras estudiar, rellenar solicitudes, buscar casa. Hasta que llega el día, cuando te das cuenta te has graduado y ya vas medio ciego con la última copa que te beberás en aquel lugar, en tu última fiesta con todos tus amigos y conocidos.
Llegan las despedidas, algunas más difíciles que otras, pero a pesar de todo lo que dejas atrás, de que te vas solo a un lugar que desconoces cuando no sabes poner ni la maldita lavadora y acabarás viendo tutoriales en YouTube de hasta cómo fregar los platos. Supongo que, respecto a despedidas, tener que irte a un lugar diferente que tu pareja y además lejos es lo más difícil ,pero es por tu futuro, cariño, el ligue del instituto no debería durante toda la vida y si es así, volveréis.
Abres tu propia puerta, con tus propias llaves, después de un viaje agotador, acarreando con tus pertenencias, sola y a saber muy bien donde. En ese instante, eres la persona más feliz del mundo, eres una nueva versión de ti mismo. A parte de que ahora podrás hacer todo lo que tenías prohibido , estudiarás lo que realmente te gusta y tu mismo has elegido, que aunque estés más perdido que nunca, te sientes bien. Todo esto lleva a las fiestas, a los amigos que seguramente vayan a permanecer en tu vida a partir de ahora y a la peor parte de todo esto, matarte a estudiar. Pero eh, es a lo que has venido y además, todo lo otro bueno lo compensa, ¿no crees?



INVISIBLE G.

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