Ayer, pude reconocer tu espalda desde lejos, a pesar de la oscura noche. Pude sentir tu presencia a tanta distancia. Pude saber que eras tú, porque aún te recuerdo demasiado bien. Pude notar mi pecho a punto de estallar. Pude ver cómo tus ojos se daban cuenta de mi presencia y que lo dejaste pasar. Pude ver cómo me volvías a destrozar con tan solo una mirada, como siempre has hecho. Pude notar como mi pecho casi reparado volvía a quebrarse a pesar del tiempo que llevo sin ti. Pero lo que no pude saber, fue el por qué. El por qué de mis sentimientos, de mis emociones al verte, al recordarte.
No hay comentarios:
Publicar un comentario