Tan solo te estas dejando llevar, hacia un final que desconoces.

Tu llegada inesperada, hacia mi espalda, rodeando con tus brazos todo mi desordenado caos, recomponiendo cada una de las piezas desperdigadas de mi alma, que con la ayuda de tus besos se va regenerando. Tu cara de impresión cuando cada día descubres una de mis tonterías, cuando cada día te enamoras un poquito más de alguien que no lo merece. Porque eres sencillamente fantástico para merecer esta clase de catástrofe en tu vida. No quiero llegar y cambiar todo, estropearlo todo, pero ya hemos empezado y no puedo parar. Sé que tú tampoco. Porque todo empezó el día en que te conocí, en el día en que tú me conociste a mí. Ambos entramos en la vida del otro, quisiéramos o no, y las cosas ya habían cambiado justo en ese instante. Instante en el que pude contemplar tus ojos frente a los míos y supe que jamás encontraría persona más bonita que tú, pero por desgracia no existe persona más horrible que yo. No me refiero al físico, porque cuando estas cosas ocurren, esto es lo de menos. Me refiero a la persona que hay dentro de ese cuerpo, a la amabilidad y dulzura en persona, enamorada de la locura y la rebeldía. Son cosas demasiado opuestas, pero supongo que de ahí surge todo, de lo opuesto, de lo diferente. Ahí, exactamente ahí comienza a crecer algo que nadie sabe explicar, si amor o no, pero es mágico. Pero toda la magia se rompe, cuando sabes que no puedes seguir por mucho que quieras. Cuando sabes que no puedes repetir el error de destrozar a alguien otra vez, de perder a quien quieres otra vez. Deberías de haber aprendido de tu pasado, pero cuando te acaricia la cara y te recoge el mechón de pelo que tapa parte de tu ojo tras la oreja, se te olvida todo. Llamémoslo debilidad, pero te pierde cuando tú también haces que se pierda a su vez. Y llega la amnesia, tan sólo conoces tu presente y no puedes evitar equivocarte como habías hecho anteriormente, porque tan sólo puedes concentrarte en lo que tienes ante tus ojos. En los sentimientos de ese momento, y no piensas en si te arrepentirás o no, porque tan sólo te estás dejando llevar hacia un final que desconoces.