Espero que cada noche cuando no puedas dormir, mires la parte vacía de tu cama y nos recuerdes. Y me recuerdes a mi, al tacto de mi cara cuando la acariciabas sin cesar. A nuestros ojos llenos de esperanza y amor.
Porque es lo único que me queda desde que desapareciste. Esperar que me recuerdes, que nos recuerdes a los dos juntos. Que recuerdes cada una de las cosas que adorabas de mi, y cada una de las cosas que también odiabas.
Espero que cuando busques mis ojos entre la multitud, te des cuenta de que no habrá mirada alguna como la que tenemos en común. Porque te prometo que yo aún no he conseguido encontrar una mirada ni parecida a la tuya entre todo este barullo de gentes. Pero también te prometo que no la quiero encontrar, que quiero encontrarte a ti.
Quiero ir corriendo a tus brazos cuando estoy perdida y que me digas que todo ha pasado, y sentirme la persona más segura del mundo entre tus brazos. Pero duele saber que no será a sí, duele reconocer que tan sólo fue. Duele en el pecho tu ausencia y la ausencia de todo lo bueno de mi que quedaba y que llevaste contigo. Porque fuiste el único en lograr que este estúpido corazón lograra funcionar bien de nuevo y latir como hacía mucho que no lo hacía. Fuiste el único capaz de creer que merecías la poca confianza que me quedaba. Fuiste al único al que confesé todos mis sueños y mis miedos, todas las cosas que tan sólo tú sabes. Pero te las has llevado todas, te has llevado el ánimo que tú mismo me dabas.
Y ahora que el huracán ha cesado tras unos días de distorsión, sólo quedan ruinas sobre más ruinas. Has arrasado con todo, hasta con lo que tú mismo lograste reparar. Dejando absolutamente nada en mi. Pero te prometo que no te odio por ello, porque de alguna extraña forma, supe que la última vez que te vi sería una última vez definitiva. Y siempre nos quedarán los sueños que ambos compartimos, las cosas que nos confesamos, las miradas que nos enamoraron y muchas pequeñas cosas más.
Pero sólo son eso, pequeñas cosas, que para ti no tendrán la más mínima importancia, porque como me decías, yo me preocupo por todo. Y sí, me preocupo por todo, por las pequeñas cosas y por las importantes, pero sobre todo por las cosas que me hicieron feliz. Aunque después de todo, no fui lo suficientemente lista, porque no esperaba tener que planear nada. Porque como tú mismo dijiste: " Has dado con alguien más listo que tú y no te has dado cuenta hasta ahora". Y dolió, la frase dolió en lo mas hondo de mi corazón, resquebrajando este por completo.
Claro que eras listo, ya lo demostraste con aquello de que te gustaba mirarme porque al mirarme sonreía y sabías que era por tí. Pero joder, deberías de sentirte tan sólo por esa razón el hombre más afortunado del mundo. Porque jamás unos ojos han visto algo así proceder del caos que soy. Jamás unos ojos han logrado crear tal maravillosa obra de arte en un lienzo al que solo lo pintaban lágrimas. Y tú lo hiciste, te convertiste en el hombre más prodigioso del mundo al esculpir tal faceta de alegría en mi triste y deprimido rostro. Para luego abandonarlo todo sin razón alguna, marcharte sin más. Con todo lo que esperé de tí y no recibí nada.
Por todo esto solo me queda esperar que recuerdes, esperar que recuerdes cada una de las pequeñas cosas que hemos vivido sin que desees recordarlo. Quizás cuando vayas a todos los sitios que hemos visitado te acuerdes de mi costumbre de tomar fotos de todo. Quizás cuando vayas a cenar a nuestro restaurante favorito te sientes en nuestra mesa y recuerdes nuestra primera cita, el vestido que llevaba o lo que ambos pedimos. Quizás cuando te sientas perdido recuerdes la forma en la que buscabas mi mirada entre la gente y el pánico y yo buscaba la tuya, y así recuerdes los abrazos que tantas veces nos han salvado a ambos. Quizás cuando bebas ese licor que tanto te gusta recuerdes la manera en la que yo lo odiaba y rías. Quizás cuando despiertes por la mañana y eches de menos algo sin saber el por qué, recuerdes cuando te quedabas mirando como dormía hasta que me despertaba y nuestros ojos se encontraba. Quizá cuando ya estés listo para salir y te sobre tiempo, recuerdes la manera de matar el tiempo que tenías mientras me mirabas maquillarme con esa sonrisa en la cara. Quizás cada noche que no puedas dormir, mires el lado vacío de tu cama y recuerdes la forma en la que me amabas, y no logres explicarte el por qué te marchaste...